Cada lunes, desde hace más de un mes, un grupo de vecinos capitalinos salen a la calle con sus pancartas a protestar pacíficamente y exigir el cese de la construcción de una gasolinera sobre la calle Juan XXIII y Cecilio Da Silva. Varios de ellos integran comisiones vecinales de los barrios “Las Lomas”, “Manorá” y “Carmelitas”.
DE SORPRESA
La obra comenzó de manera sorpresiva y su ritmo es acelerado. “El 26 de noviembre pasado los dos lapachos amarillos que estaban en una casa fueron derribados. Eran la alegría del barrio”, dijo Emilia Vera, una de las integrantes de la comisión vecinal. Después se enteraron de que el proyecto era construir una gasolinera.

NADIE, NADA
Los vecinos enseguida empezaron a mover las instancias correspondientes para impedir la construcción de una nueva estación de servicio en Asunción: intendencia, Junta Municipal, Mades. “¿El resultado? Nada. Hasta ahora siguen las obras en una calle de 8 m. “Ni siquiera hay espacio para que los camiones maniobren”, dijo Emilia.
MOVILIZACIÓN
Pero la movilización y las gestiones tampoco cesan. Los vecinos están organizados y comprenden todos los peligros que implica la instalación de un negocio así en un lugar de alto tránsito y rodeado de tantas viviendas y comercios, así que no pararán hasta detener la obra.
UN ATENTADO
“Necesitamos parar con esta depredación urbana, con este atentado a la salud de las personas y también contra la ciudad. Asunción está siendo devastada sin ninguna planificación. Queremos que se paren las obras de las gasolineras”, concluyó la vecina
FUENTE: Fotociclo en Twitter